Yo, que siempre he sido de empezar a contar el año cuando comienza septiembre; yo, que considero mi cumpleaños un antes y un después en la historia de la humanidad, me sorprendo haciendo balance justo hoy, dos años exactos desde que empecé a escribir por aquí. Entonces me encontraba lejos, y puede que lo siga estando, según se mire, pero creo que cada vez más cerca de lo que espero de mí.
Otro año de gente que viene, deja huella y se va; de gente que reaparece, de gente que se queda, de gente que no se ha ido nunca y de gente que jamás ha estado. Bienvenidos sean, todos ellos.
Otro año de crecer y aprender a despedirse, de dejar de buscar un presente donde no quedan más que bonitos recuerdos, de tomar las riendas con decisiones acertadas y desacertadas, de aprovechar oportunidades que llegan en el momento que menos se esperaban y de entender que, al final, las cosas salen mucho mejor cuando se hacen de forma más sencilla y como a mí me dé la gana.
Otro año de canciones que hablan sobre amistad cantadas a grito pelado, de noches planeadas, de noches inesperadas –las mejores–, de esas que comienzan con una cena tranquila y acaban con los labios de rojo, los pies destrozados y con una hamburguesa a las seis de la mañana. Otro año de comprender el silencio, de amor, de desamor, de sexo y de todas las historias que se cuentan con detalle en una terraza al día siguiente.
Otro año de descubrimientos. Y no sé si seré más sabia o si habré aprendido a no tropezar con más piedras.
Solo sé que llevo otro año escribiendo.
Que suma y sigue.
Y que con este, llevo dos.
Silvia Resola.
@silresola
Cómo necesito una noche de labios rojos y hamburguesas a las seis de la mañana…:(
Enhorabuena por los dos años, me ha recordado que debería mirar cuanto llevo yo soltando mis paridas al mundo… Creo que desde entonces no ha mejorado mucho, cachis! XD
Chuuu!!!
A veces hace falta cada cierto tiempo una noche de esas… 🙂
Muchas gracias por leerme y por tus comentarios!!!