
Mini-saga de cincuenta palabras.
No. Déjalo. No lo intentes esta vez. Te fuiste y regresaste cuando ya ni siquiera recordaba tu voz. Pero mi error fue dejar la puerta entreabierta, por donde volviste a escapar después.
Déjalo, te digo. No malgastes energía.
Esta vez he cerrado con llave.
Y tú no tendrás una copia.
Silvia RL.
(Foto: xgravity23 – Flickr)
A veces tener llaves únicas es la mejor solución. Y las puertas entreabiertas, si son, que sean con derecho de admisión.
No puedo estar más de acuerdo 🙂 Y si hay que dejar una copia, que sea a alguien de fiar!